Nuestra historia

1927

La historia de Ciresa empieza hace un siglo, en 1927, cuando Giovanni Ciresa, con solo 25 años, se dedica a recoger el queso fresco que se producía en Valsassina para seguir posteriormente todas sus fases de curación.

Es un trabajo que Giovanni Ciresa hace con gran pasión y muchos sacrificios y que, después de pocos años, en 1932, le permite ya construir un almacén cerca de su casa. Se trata de la primera unidad productiva de “Ciresa Formaggi”.
 

1958

La actividad tiene éxito y ahora Giovanni Ciresa puede también contar con la colaboración de sus hijos Vittorio y Alfredo. Ha llegado la hora de crecer.

En Bindo, un pequeño pueblo en las montañas de Valsassina que rodean el Lago de Como, se empieza a construir la nueva planta que representa, ya con una idea empresarial, las exigencias de productividad y coordinación operativa de la empresa.
 

1982

La familia, con la participación de los hijos, empieza a dar a la luz a la moderna sede de Introbio, donde la empresa se muda en 1986, multiplicando en el tiempo su estructura, dimensión y el número de los empleados.
 

1988

Con el nuevo almacén de Sondrio se desarrolla el proyecto de una moderna red de distribución, que hoy incluye varios centros logísticos de la empresa, situados en diferentes provincias italianas. Las nuevas estructuras permiten ampliar el radio de acción de la empresa.

1996

La cadena de distribución se amplía en 1996 con un depósito en Lecco, que permite a la empresa desarrollar aún más su servicio logístico.

2003

Gracias a la gran experiencia adquirida en los Magazzini di Novara (famoso edificio para la maduración del queso Gorgonzola), se construye la nueva planta de propiedad en Cameri, centro de producción y curación del Gorgonzola dop, que permite multiplicar la capacidad productiva de este queso y reforzar la presencia de Ciresa a nivel mundial.

2007

Sigue el desarrollo de la red de distribución de la empresa, que puede contar con un nuevo almacén en Bérgamo.

HOY

La filosofía de Ciresa sigue siendo la misma en el espíritu, al paso con los tiempos.
Silvano y Alberto Ciresa siguen con la misma rigurosidad y tenacidad con las que el fundador había empezado su aventura.
Su dedicación al trabajo y visión de futuro empresarial se funden a las competencias y a la pasión de todo el team Ciresa para ganar los desafíos futuros y obtener la confianza del mercado italiano y mundial.
Ya hemos superado las fronteras nacionales, que al comienzo de la actividad parecían inalcanzables. El mundo se convierte en un vasto territorio que explorar y la globalización es una extraordinaria oportunidad de crecimiento: Europa, Estados Unidos, China, Japón, Australia y aún África parecen cada vez más cerca de Introbio.
La pasión de un hombre y de su familia continúa en el respeto de la tradición, con la conciencia que innovar no solo es la mejor manera para estar en el mercado, sino que es esencial para coger las oportunidades que ofrece el mundo.
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